4.12.16

Barcos fantasma que existieron: el Mary Celeste

Pintura del Mary Celeste como 'Amazon' en  1861,
 autor desconocido pero se atribuye posiblemente a Honore Pellegrin

La figura de los barcos fantasma ha llegado a nuestros días a través de historias y películas como la saga de 'Piratas del Caribe', novelas como 'En costas extrañas', de Tim Powers o incluso en más de un videojuego. Pero como se suele decir, a veces la realidad supera la ficción, y en una efeméride como hoy, retomo la historia del Mary Celeste.

El navío


El Mary Celeste (previament llamado Amazon) era un bergantín de 31 metros de eslora y 282 toneladas de peso que fue construido y botado en Nueva Escocia (Canadá) en 1861. Alrededor del navío ya habían ocurrido sucesos de mal augurio: uno de sus dueños y primer capitán, Robert McLellan, cayó enfermo en Junio del 1861 en un trayecto hasta Londres y para cuando volvieron a su lugar de origen, la Isla Spencer en Nueva Escocia, el capitán McLellan murió. Lo reemplazaría John Nutting Parker, quien reanudaría el viaje a Londres. Durante éste viaje, habría una primera colisión con una barca de pesca en el Esprecho de Eastport (Maine) y a la salida de la ciudad Londinense, tendría un segundo choque que provocaría el hundimiento de un bergantín en el Canal de la Mancha.

Benjamin_Briggs,
capitán del Mary Celeste
En 1868 el barco sería vendido a un nuevo dueño tras una tormenta que habría dejado varado en la arena, quien a su vez sería el nuevo capitán: Richard W. Haines. En octubre de 1869, el barco sería tomado por los acreedores de Haines hasta que en 1872, el navío estaría bajo el mandato del capitán Benjamin Spooner Briggs, quien pilotaría el bergantín hasta Génova (Italia) como su primer viaje tras una extensa renovación en Nueva York, acompañado además de su esposa e hijo pequeño. La tripulación fue escogida según se sabe con mucha atención y cuidado: marineros expertos y con muchas millas náuticas recorridas, además de una conducta pacífica e intachable. 
Así, el 7 de Noviembre el barco zarparía de Nueva York con rumbo hacia el atlántico con buen tiempo y todo en orden. Ocho días después zarparía el Dei Gratia, otro bergantín que seguía la misma ruta y cuyo capitán se conoce que mantenía una amistad con  Benjamin S. Briggs, del Mary Celeste. 

Ni una alma a bordo


Cuando el Dei Gratia estaba a medio caminto entre las Islas Azores y la costa de Portugal el  4 de diciembre de 1872, el timonel avisó al capitán de que un barco se dirigía hacia ellos de forma inestable, con movimientos erráticos y una extraña disposición de las velas. Al acercarse no pudieron ver a nadie en cubierta, de modo que se envió a dos hombres para inspeccionar el barco. Se identificó que era el Mary Celeste gracias al nombre en la popa del barco, pero no había ningún rastro de vida a bordo.

Las velas desplegadas estaban en malas condiciones, y algunas habían desaparecido. Gran parte del aparejo estaba dañado, dejando cabos colgantes por los lados. Si bien la puerta de la escotilla principal estaba bien asegurada, las otras dos escotillas estaban abiertas. Además, el único bote salvavidas de la nave estaba desaparecida y en la bitácora, la brújula del buque se había desplazado de su lugar.  El equipamiento de la cocina estaba guardado, y aunque no había ni comida preparada o en proceso, había suficientes provisiones para la tripulación. A bordo había aproximadamente 1,1 metro de agua en la bodega (cantidad significativa pero no alarmante para un bergantín de ésa envergadura), y una barra de sondeo improvisada para medir dicha cantidad de agua fue encontrada en la cubierta, abandonada. Las pertencias del resto de personas que viajaban a bordo, tales como dinero o equipaje, seguían en sus respectivos lugares. 

Mary Celeste.
 Fuente. Cumberland County Museum and Archives, Amherst, Nova Scotia Canada
En el camarote del capitán encotraron papeles que, a pesar de húmedos y desordenados por el agua que habría entrado por la puerta y claraboya, todo estaba en un orden razonable. Los artículos personales de Briggs estaban dispersos (su presencia implicaba que el buque no había sufrido un robo o asalto), pero los papeles del barco estaban desaparecidos, juntamente con los instrumentos de navegación. Encontraron allí el diario, lugar inusual para dicho documento.  En el diario del barco, la última anotación era de nueve días antes, cuando el Mary Celeste había registrado su posición frente a la isla de Santa María, en las Azores (casi 400 millas náuticas/740 kilómetros desde su encuentro con el Dei Gratia).

No habían signos de fuego ni violencia, de modo que se especuló sobre una saluda ordenada del buque hacia el bote salvavidas desaparecido.

El capitán del Dei Gratia llevó el bergantín fantasma hasta Gibraltar, dividiendo su tripulación entre ambos barcos. Con buena climatología, llegaron a dicha ciudad el 12 y 13 de diciembre (primero el Dei Gratia y luego el Mary Celeste, quien se retrasó por niebla). El buque fue inmediatamente confiscado por el tribunal vicealmirante, preparatorio para las audiencias de salvamento. El buque quedó en custodia de la corte del Vice-Almirantazgo Británico y cinco días más tarde, se iniciaron las audiencias relacionadas con su desaparición. Al capitán Morehouse, del Dei Gratia, se le hicieron varios interrogatorios, sospechándose que se habría confabulado con Briggs para simular la desaparición del buque y cobrar el seguro. Sin embargo, Morehouse quedó libre de sospechas y fue recompensado con 8.000 libras esterlinas de la época por el rescate. 

El relato

Arthur Conan Doyle,
fotografía de Walter Benington

El suceso inspiraría al escritor Arthur Conan Doyle (archiconocido por sus obras del célebre Sherlock Holmes), quien escribiróa en 1884 la obra llamada "Declaración de J. Habakuk Jephson", la experiencia de un cirujano a bordo del "Marie Celeste" bajo la capitanía de "J. W. Tibbs". Si bien Doyle no se ciñó completamente a los hecho reales y escribió sobre una confabulación de uno de los supuestos pasajeros del "Marie Celeste". Y aunque no esperaba en absoluto que su historia fuera tomada por verídica, el por entonces cónsul de los EEUU en Gibraltar investigaría si cualquier parte de dicha historia pudiera ser verdadera.

Con los años, surgieron toda una gran variedad de teorías hasta nuestros días, cada una más imaginativa que la anterior. La teoría que los jueces declararon oficial habla de una posible fuga de gases del alcohol de tipo industrial que el barco transportaba, hecho que haría que el capitán temiese una explosión o envenenamiento general y diese orden de desalojo inmediato del barco. Otras teorías hablan de cómo los tripulantes y capitán, embriagados, sufrirían una aucinación por la falta de agua y se lanzarían al mar con el bote, pereciendo en la acción. También existen las teorías que hablan de motines sangrientos, piratas pacíficos, sirenas, mosntruos marinos. Una teoría, sin embargo, relaciona la desaparición de la tripulación con la aparición de varias personas muertas en el interior de dos balsas cerca de las costas asturianas seis meses después de los sucesos del Mary Celeste. Dicha teoría, por cierto, aún se defiende a día de hoy.

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