16.5.17

Cruces de Malpique: 40 tumbas para mártires de la piratería


Buceando por la Torre de Malpique, al extremo sur de la isla de La Palma (Canarias), de pronto se van dibujando entre el inmenso azul del océano Atlántico un paisaje tan solemne como llamativo: 40 cruces de piedra se erigen hacia la superficie en medio del fondo marino. Si habéis entrado a éste blog, os preguntaréis lo mismo que yo: ¿cuál es su historia?

Nos remontamos al año 1570, cuando zarpan desde Lisboa rumbo a Brasil una pequeña armada de siete navíos, de los cuales tres llevaban abordo un total de 70 misioneros jesuitas con Fray Ignacio de Acevedo como líder. Una de las naves tuvo que dirigirse desde Madeira hasta las Canarias para entregar parte de la carga que llevaba consigo, donde además viajaban Fray Ignacio y 39 jesuitas que, sabiendo de la actividad pirática que existía en la zona, se ofrecieron voluntariamente a acompañarle a pesar del posible martirio. Al llegar a La Palma, pararon en Tazacorte, donde su fondeadero era el segundo en importancia de la isla.

Fray Ignacio de Acevedo y sus beatos

Cuenta la tradición que allí, durante la última misa de Fray Ignacio en la ermita de Nuestra Señora de las Angustias, recibió una visión de la muerte que le esperaba en el mar al consumir del cáliz el vino consagrado, clavando sus dientes en él y dejando una marca de la impresión de la revelación. Fue por ello que las reliquias provenientes del Papa con destino Brasil fueron desembarcadas en la Iglesia de San Miguel, a excepción de un pequeño retrato de la virgen.

La madrugada del 14 de Julio, el galeón Santiago zarpó en dirección Santa Cruz de la Palma rodeando la isla. Con el mar en calma, el galeón fue costeando el litoral para aprovechar el terral, un viento proveniente de tierra con dirección al mar formado por las diferencias térmicas del aire. A la mañana del día siguiente, cuando el 'Santiago' se encontraba en las costas de Fuencaliente, el corsario Jacques Souri, al mando del navío 'Le Prince', interceptó el galeón. Junto con las otras cuatro naves francesas, la tripulación del 'Le Prince' abordó el galeón y asesinaron cruelmente a los jesuitas españoles y portugueses que viajaban abordo, entre ellos Fray Ignacio, quien recibió un fuerte golpe de espada en la cabeza y tras tres lanzadas murió aferrado al cuadro de la virgen. Tiraron por la borda los cuerpos moribundos hasta que se hundieron y marcharon a San Sebastián de la Gomera con 28 rehenes que habían tomado del asalto. Allí, don Diego de Ayala y Rojas, Conde de la Gomera, pidió la liberación y entrega de los supervivientes al corsario francés.


Fray Ignacio de Acevedo, representado con
los atributros de una espada en su cabeza
o el pequeño retrato de la virgen


Sería ya en 1742 cuando el Papa Benedicto XIV declaró mártires a aquellos 40 jesuitas asesinados. Posteriormente, serían beatificados por el Papa Pío IX en 1854. Poco más de un siglo después, en 1999, se hundieron las 40 cruces de piedra como cementerio y memorial de los Mártires de Tazacorte. Finalmente en 2014, se le añadiría a éste memorial una gran cruz de piedra con los nombres de todas las víctimas instalada en el Faro de Fuencaliente.



En la actualidad, el cementerio está situado entre Punta de Malpique y Punta de Fuencaliente, cerca de Boca Fornalla o Cueva de las Palomas. Se encuentra a 20 metros de profundidad máxima y fue declarado como Reserva de la Biosfera por la Unesco.

Se ha convertido en un visitado punto de buceo, puesto que se encuentra dentro de una profundidad cómoda para la inmersión (entre 15 y 20 metros en la zona del memorial). La historia y la particularidad del lugar, además del fácil acceso hasta el lugar, ha dado lugar a que sea promocionado como punto de interés por el departamento de Turismo de la Palma.


En Youtube existen multitud de vídeos sobre la zona, pero yo os dejo con uno en concreto grabado en 360º en el que podemos ver el camino hacia el memorial y finalmente encontrarlo.

4.12.16

Barcos fantasma que existieron: el Mary Celeste

Pintura del Mary Celeste como 'Amazon' en  1861,
 autor desconocido pero se atribuye posiblemente a Honore Pellegrin

La figura de los barcos fantasma ha llegado a nuestros días a través de historias y películas como la saga de 'Piratas del Caribe', novelas como 'En costas extrañas', de Tim Powers o incluso en más de un videojuego. Pero como se suele decir, a veces la realidad supera la ficción, y en una efeméride como hoy, retomo la historia del Mary Celeste.

El navío


El Mary Celeste (previament llamado Amazon) era un bergantín de 31 metros de eslora y 282 toneladas de peso que fue construido y botado en Nueva Escocia (Canadá) en 1861. Alrededor del navío ya habían ocurrido sucesos de mal augurio: uno de sus dueños y primer capitán, Robert McLellan, cayó enfermo en Junio del 1861 en un trayecto hasta Londres y para cuando volvieron a su lugar de origen, la Isla Spencer en Nueva Escocia, el capitán McLellan murió. Lo reemplazaría John Nutting Parker, quien reanudaría el viaje a Londres. Durante éste viaje, habría una primera colisión con una barca de pesca en el Esprecho de Eastport (Maine) y a la salida de la ciudad Londinense, tendría un segundo choque que provocaría el hundimiento de un bergantín en el Canal de la Mancha.

Benjamin_Briggs,
capitán del Mary Celeste
En 1868 el barco sería vendido a un nuevo dueño tras una tormenta que habría dejado varado en la arena, quien a su vez sería el nuevo capitán: Richard W. Haines. En octubre de 1869, el barco sería tomado por los acreedores de Haines hasta que en 1872, el navío estaría bajo el mandato del capitán Benjamin Spooner Briggs, quien pilotaría el bergantín hasta Génova (Italia) como su primer viaje tras una extensa renovación en Nueva York, acompañado además de su esposa e hijo pequeño. La tripulación fue escogida según se sabe con mucha atención y cuidado: marineros expertos y con muchas millas náuticas recorridas, además de una conducta pacífica e intachable. 
Así, el 7 de Noviembre el barco zarparía de Nueva York con rumbo hacia el atlántico con buen tiempo y todo en orden. Ocho días después zarparía el Dei Gratia, otro bergantín que seguía la misma ruta y cuyo capitán se conoce que mantenía una amistad con  Benjamin S. Briggs, del Mary Celeste. 

Ni una alma a bordo


Cuando el Dei Gratia estaba a medio caminto entre las Islas Azores y la costa de Portugal el  4 de diciembre de 1872, el timonel avisó al capitán de que un barco se dirigía hacia ellos de forma inestable, con movimientos erráticos y una extraña disposición de las velas. Al acercarse no pudieron ver a nadie en cubierta, de modo que se envió a dos hombres para inspeccionar el barco. Se identificó que era el Mary Celeste gracias al nombre en la popa del barco, pero no había ningún rastro de vida a bordo.

Las velas desplegadas estaban en malas condiciones, y algunas habían desaparecido. Gran parte del aparejo estaba dañado, dejando cabos colgantes por los lados. Si bien la puerta de la escotilla principal estaba bien asegurada, las otras dos escotillas estaban abiertas. Además, el único bote salvavidas de la nave estaba desaparecida y en la bitácora, la brújula del buque se había desplazado de su lugar.  El equipamiento de la cocina estaba guardado, y aunque no había ni comida preparada o en proceso, había suficientes provisiones para la tripulación. A bordo había aproximadamente 1,1 metro de agua en la bodega (cantidad significativa pero no alarmante para un bergantín de ésa envergadura), y una barra de sondeo improvisada para medir dicha cantidad de agua fue encontrada en la cubierta, abandonada. Las pertencias del resto de personas que viajaban a bordo, tales como dinero o equipaje, seguían en sus respectivos lugares. 

Mary Celeste.
 Fuente. Cumberland County Museum and Archives, Amherst, Nova Scotia Canada
En el camarote del capitán encotraron papeles que, a pesar de húmedos y desordenados por el agua que habría entrado por la puerta y claraboya, todo estaba en un orden razonable. Los artículos personales de Briggs estaban dispersos (su presencia implicaba que el buque no había sufrido un robo o asalto), pero los papeles del barco estaban desaparecidos, juntamente con los instrumentos de navegación. Encontraron allí el diario, lugar inusual para dicho documento.  En el diario del barco, la última anotación era de nueve días antes, cuando el Mary Celeste había registrado su posición frente a la isla de Santa María, en las Azores (casi 400 millas náuticas/740 kilómetros desde su encuentro con el Dei Gratia).

No habían signos de fuego ni violencia, de modo que se especuló sobre una saluda ordenada del buque hacia el bote salvavidas desaparecido.

El capitán del Dei Gratia llevó el bergantín fantasma hasta Gibraltar, dividiendo su tripulación entre ambos barcos. Con buena climatología, llegaron a dicha ciudad el 12 y 13 de diciembre (primero el Dei Gratia y luego el Mary Celeste, quien se retrasó por niebla). El buque fue inmediatamente confiscado por el tribunal vicealmirante, preparatorio para las audiencias de salvamento. El buque quedó en custodia de la corte del Vice-Almirantazgo Británico y cinco días más tarde, se iniciaron las audiencias relacionadas con su desaparición. Al capitán Morehouse, del Dei Gratia, se le hicieron varios interrogatorios, sospechándose que se habría confabulado con Briggs para simular la desaparición del buque y cobrar el seguro. Sin embargo, Morehouse quedó libre de sospechas y fue recompensado con 8.000 libras esterlinas de la época por el rescate. 

El relato

Arthur Conan Doyle,
fotografía de Walter Benington

El suceso inspiraría al escritor Arthur Conan Doyle (archiconocido por sus obras del célebre Sherlock Holmes), quien escribiróa en 1884 la obra llamada "Declaración de J. Habakuk Jephson", la experiencia de un cirujano a bordo del "Marie Celeste" bajo la capitanía de "J. W. Tibbs". Si bien Doyle no se ciñó completamente a los hecho reales y escribió sobre una confabulación de uno de los supuestos pasajeros del "Marie Celeste". Y aunque no esperaba en absoluto que su historia fuera tomada por verídica, el por entonces cónsul de los EEUU en Gibraltar investigaría si cualquier parte de dicha historia pudiera ser verdadera.

Con los años, surgieron toda una gran variedad de teorías hasta nuestros días, cada una más imaginativa que la anterior. La teoría que los jueces declararon oficial habla de una posible fuga de gases del alcohol de tipo industrial que el barco transportaba, hecho que haría que el capitán temiese una explosión o envenenamiento general y diese orden de desalojo inmediato del barco. Otras teorías hablan de cómo los tripulantes y capitán, embriagados, sufrirían una aucinación por la falta de agua y se lanzarían al mar con el bote, pereciendo en la acción. También existen las teorías que hablan de motines sangrientos, piratas pacíficos, sirenas, mosntruos marinos. Una teoría, sin embargo, relaciona la desaparición de la tripulación con la aparición de varias personas muertas en el interior de dos balsas cerca de las costas asturianas seis meses después de los sucesos del Mary Celeste. Dicha teoría, por cierto, aún se defiende a día de hoy.

3.8.15

National Geographic Traveler Photo Contest 2015


Hoy mismo se han publicado los ganadores del concurso de National Geographic "Traveler Photo Contest 2015" y el primer premio ha sido para la fotografía que preside la entrada, llamada "Whale Whisperers" del fotógrafo Anuar Patjane Floriuk. Sobra entender porqué una foto así ha podido llevarse el primer puesto: la profundidad que proporciona el océano, la verticalidad de las columnas de burbujas, la majestuosidad de las ballenas con su escolta espotánea de los submarinistas... en resumen, cada detalle.

Como habéis notado me ha encantado, de modo que me he visto obligada a pasarme por su portofolio. Entre muchas series y colecciones distintas de alrededor del mundo, inevitablemente he tenido que traeros la serie de "Underwater Realm", aunque os aseguro que hay fotos tan increíbles que cuesta no ponerlas todas.

Alice


 Pet your shark


 Blue Bliss



Simplemente, invitaros a visitar el sitio web de Anuar Patjane Floriuk y disfrutar del resto de galerías que allí tiene expuestas. Muchas felicitaciones al fotógrafo :)


24.3.15

Un salón de baile olvidado en el fondo del lago




Hoy traigo una curiosidad que puede que algunos ya conozcáis. Localizado en Godalming (en Surrey, al sur de Gran Bretaña) quedan los restos de la finca que construyó en su dia el adinerado Whitaker Wright, un hombre de negocios que fue condenado por estafa y fraude por préstamos, y que en 1904 se quitaría la vida justo en el día de su sentencia recurriendo a una píldora de cianuro.



Tras él dejó la finca, llena de opulencia y extravagancia: un velódromo, un teatro, un observatorio, un hospital privado, establos para 50 caballos o la mansión de 32 habitaciones repletas de objetos procedentes de todo el mundo, una construcción que en 1952 sería engullida por un incendio. A día de hoy apenas queda poca cosa del esplendor de la finca de entonces... excepto, como siempre, bajo el agua.
Otra de las construcciones de la finca era un salón de baile bajo el agua, donde Whrigt incluso instaló además una mesa de billar. El salón quedó olvidado tras la muerte de su artífice, quedando a día de hoy en manos de un empresario.

Es un lugar más o menos conocido donde los fotógrafos acuden a inmortalizar el lugar. Cómo no, a continuación os adjunto algunas de las que más me han gustado y los links de donde las he sacado.








27.1.15

Nao Victoria: De cómo pasé a soñarlo a vivirlo


Aviso a navegantes: Es posible que a lo largo de la entrada use o haga referencia a términos pertenecientes a la jerga náutica. Es por eso que añadiré al final un pequeño glosario para que podáis entenderlo bien y quizás os sintáis un poco más marineros al terminar de leer.

Si lo leéis todo, claro, porque os aviso de que no os espera una entrada breve.

~ ~ ~

Lo que os escribo aquí no es una travesía de aires épicos, o un cantar lleno de proezas y milagros. Es algo más personal, con los detalles que han hecho de la travesía una experiencia única. Todos los que me conocéis o al menos habéis oído hablar de mí sabéis que mi corazón está en el mar, y que una vez me dáis cuerda, no hay otro tema de conversación que me entusiasme tanto. Así pues, puede que mi relato resulte a veces romántico, pero no concibo mis sentimientos de otro modo.

Diciembre, Barcelona. Mi compañera Marta nos avisa a mí y al resto de compañeros de ArqueoThalassa de la posibilidad de poder participar en la travesía Puerto Santa María - Barcelona que se realizaba en Enero a bordo de la Nao Victoria. Conocíamos la Nao de años anteriores, ya que la habíamos visitado durante su estancia en la ciudad condal. Confirmé (confieso que nerviosa) y en menos de un mes me encontraba en el Aeropuerto de Barcelona a las 7 de la mañana esperando mi vuelo a Sevilla. Así, fue un día empezando de Barcelona al Aeropuerto en coche (una vez más, gracias por el detalle Joan <3), de Barcelona a Sevilla en avión, de Sevilla a Puerto Santa María en tren, y de la estación al puerto nos vinieron a recoger en coche.

Los primeros minutos fue reconocimiento del barco, situarse en el espacio, recordar donde estaba cada cosa y, obviamente, las presentaciones. Aquí debo decir que la travesía no habría sido tan positiva de no haber compartido barco con la que fue la tripulación que me encontré. En general el ambiente siempre fue agradable, algo de agradecer en un grupo con quien convives 24h al día, ¿verdad? De todos modos, al poco de llegar ya empecé en las tareas de mantenimiento, y así se siguió hasta que zarpamos dos días después.

El barco es una réplica de la Nao Victoria original, del año 1519 y la primera en dar la vuelta al mundo (primero comandada por Magallanes y después por Juan Sebastián Elcano). Está construida siguiendo los mismos patrones, y el mantenimiento se realiza igualmente como antaño: a mano. De éste modo he tenido que decir adiós a dos de mis pantalones favoritos, puesto que ahora lucen un lustroso estampado "negro nao" a causa de las horas pasadas a brocha y pintura.


 Día 10 de Enero, aproximadamente las 5 de la tarde, zarpamos de Puerto Sherry saliendo al Océano Atlántico. En proa, nos despide una puesta de sol preciosa que muchos miramos embobados y con los ojos llenos de ilusión. El mar está tranquilo y la brisa, aunque fría, no resulta incómoda. Por la noche se explicó el mecanismo de guardias a bordo: habrían tres guardias, compuestas por cuatro personas cada una, que cumplirían un horario de trabajo de cuatro horas; quedando una de 4 a 8, otra de 8 a 12, y la mía, de 12 a 4. El horario se aplicaba tanto de día como de noche, y era de necesidad ya que el barco se gobierna con el timón de antaño, precisando constantemente de alguien que mantenga el rumbo sosteniendo el pinzote. Tras la cena y algo de descanso, llega mi primera guardia nocturna. Y con ella, creo que la experiencia a bordo que más voy a recordar. El pinzote, si se lleva mucho rato resulta cansado, ya que se emplea todo el cuerpo para moverlo. Es por eso que durante la guardia se va turnando para que los compañeros descansen, y éso solo significaba que iba a tener que aprender rápido o el buque no llegaba a Barcelona.

La noche era más perfecta de lo que habría podido pedir. El cielo, despejado, permitía a cada una de las estrellas del firmamento brillar a su antojo cuanto quisieran; la luna, menguante, resplandecía plateada y calmada, reflejándose en el mar; el oleaje era suave, cuasi meciendo el barco para simplemente no olvidar que estaba en el mar; y el aire, frío, llegaba al rostro en un viento tranquilo. Yo estaba de pie, con mis manos en el timón y los ojos inquietos. A la altura de mis rodillas la brújula iluminada por una cómoda luz rojiza para poder leerla en la noche; por delante toda la Nao moviéndose en la oscuridad; y, en lo alto, la luna y las estrellas. Y así navegué. Por el océano, siguiendo el rumbo con la brújula y la luna, que me guiaba el camino en proa. A babor, se veía la península; a estribor, África. Y yo en medio, navegando en silencio, acompañada por el arrullo de las olas y el crujir del barco.

Os avisé que podría resultar romántica a veces, y estad seguros que me contengo para no resultar empalagosa. Con suerte, os lo habréis imaginado como os he descrito, y conseguiréis delante de vuestras pantallas sentir algo parecido a lo que sentí en ése momento. En éste punto, también necesito dar gracias a mi jefa de guardia, Marisa, por la paciencia que tuvo ante mis centenares de preguntas y su atención, aconsejándome e indicándome al timón

La noche fue única, y en el relevo dejamos la Nao justo frente a las Columnas de Hércules (Estrecho de Gibraltar hoy en día). Como os he dicho, mi guardia era de 12 a 4, de modo que por las mañanas podía dormir hasta una hora razonable. Solía despertarme sobre las 9 o las 10 para poder disfrutar un poco de la travesía durante el día y no caer en la tentativa de pasar los ratos libres descansando. Fue en un rato así que pude vislumbrar delfines salvajes, primero a estribor y luego en proa, donde jugaron durante unos momentos y pude ver su tamaño, ¡eran enormes!


La capitana nos comunicó que ésa tarde nos refugiaríamos en el puerto de Málaga ya que la previsión alertaba de mal tiempo. Confieso que era divertido ver a la gente apelotonada en los muelles, fotografiando y observando cómo la figura azabache entraba silenciosa y atracaba. ¡Málaga! Oportunidad de oro para una ducha de agua caliente en el puerto y una guardia nocturna tranquila, atendiendo a los curiosos que se acercaban y con vistas a la Alcazaba y al Castillo de Gibralfaro. Al día siguiente, durante toda la mañana hicimos trabajo de mantenimiento hasta que zarpamos hacia las 12 del mediodía. Al salir a mar abierto el agua estaba tan agitaba que marearse no era difícil, y no se calmaron las olas hasta entrada la noche.



Y así se sucedieron los días, durmiendo mecida por el vaivén de la Nao, disfrutando de los ratos libres en cubierta y trabajando en el mantenimiento del barco. ¿Cosas como qué? Como pintar... ¡por fuera del barco! Vale, sí, sostenida por un arnés. Ŷ la experiencia fue genial, aunque en ella dije adiós a mis pantalones tan queridos, que de azules pasaron a negros, Pero aun así recuerdo haber tenido un traspiés que un sobresalto sí me dio. Y a parte de pintar, ¿qué mas...? Picar óxido, claro. Hay partes del barco que son metálicas, como la verga. La capitana me mandó a la PUNTA de la verga, en plena travesía, a picar. ¿He dicho punta? Sí, punta. Vale, otra vez con arnés, pero a primeras no me hizo ninguna gracia ir hasta allí... pero ya reza el dicho: Donde manda capitán, no habla marinero. Una vez allí y me acomodé como pude ya me sentí más tranquila... y me sentí orgullosa de haberlo hecho sin acobardarme, mira. Ya sabéis, ésos pequeños triunfos que sientes tuyos, para otros una anécdota y para tí un obstáculo que has logrado superar.


En fin, fuimos navegando, avanzando hacia Barcelona. Pude ver también un pez luna, en superficie, que con su aleta dorsal parecía saludarnos entre las olas. Por la noche, Marisa y Jony, compañero de guardia, me enseñaron también cómo el plancton relucía por la noche, con destellos de luz en el agua.

El último día antes de llegar se desplegó la vela del trinquete (¡por poco no se despliega la mayor!) y aprovechando el viento de popa se aumentó la velocidad.


Ésa noche fue la peor, sin duda. No pude descansar nada en mi catre puesto que el barco se movía muchísimo a causa de las olas que venían de sur y unas más grandes de sur-este, si no recuerdo mal. En resumen, no dormí ni descansé nada hasta las 12 de la noche, donde la guardia fue más complicada de lo normal a causa del oleaje. El pinzote se resistía fuertemente y a veces daba bandazos de boxeador. Incluso la guardia entera debía vestir arneses de seguridad y estar atados a algún cabo para evitar caer por la borda si se daba la fatídica oportunidad. A las 4 me retiré de nuevo al catre puesto era peligroso rondar por cubierta, pero por supuesto no dormí y a las 8 avisaron de la llegada a Barcelona. Mentiría si dijese que prefería llegar por la tarde, triunfal, con el Port Vell a rebosar de gente asombrada, pero de todos modos fue divertido ver a los oficinistas del World Trade Center apelotonarse en los balcones y los ventanales de las oficinas para fotografiarnos.



Finalmente la Nao Victoria atracó, dando la travesía por concluida. Una semana de navegación y muchas horas sin dormir. Con permiso volví a mi casa por la noche, donde amé cada simple comodidad del hogar.

Me he dejado muchos, muchos detalles a lo largo de ésta no breve entrada, pero si os interesan, sólo tenéis que proponer hora y dia para encontrarnos y escuchar el resto de anécdotas que guardo. Me quedo con varias reflexiones, en especial, no tener miedo al mar si no respeto, y las muchas aptitudes que son necesarias para ser de mar, algunas fruto de la experiencia y otras de cuna.

No debo finalizar la entrada sin antes agradecer a la tripulación con la que tuve el placer y honor de navegar. A la capitana Rosario; el contramaestre Guti; y toda una jauría de los lobos de mar que conocí como marineros llamados Álvaro, Esther, Iker, Isra, Nano, Paco, Sole, en especial a mi guardia con Jony, Roger y mi jefa, Marisa. Y a Marta, con quien inicié y finalicé otra de muchas aventuras que vamos acumulando con los años. La experiencia no habría sido ni de lejos tan fantástica de no haber compartido risas, charlas y ratos con gente tan divertida e interesante. Voluntarios, si me leéis, os digo: ¡sois unos máquinas!


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Orientación a bordo de un barco:
Proa = Parte delantera / Popa = Parte trasera / Babor = Izquierdo / Estribor = Derecha
Catre: entendámonos, la cama.
Pinzote: es una gran palanca de madera que se encajaba en la cabeza del timón y sirve para moverlo, governando así la nave.
Trinquete: palo de proa, en las embarcaciones que tienen más de uno.
Verga: es la percha perpendicular al mástil donde se aseguran las velas.

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En fin, os dejo con un pequeño resumen fotográfico de mis ratos libres a bordo de la Nao Para cualquier otra cosa, ya sabéis donde encontrarme :)


















18.11.14

Cementerios subacuáticos...

... o cómo planear tu entierro a los 23 años.

Todos hemos tenido uno de ésos días profundos en los que nos planteamos qué preferiríamos que fuera de nosotros al morir. Al menos yo sí los he tenido, pero creo que a partir de ahora la idea de un nicho en el cementerio queda del todo descartado.


Os presento el Neptune Memorial Reef, un increíble "cementerio" bajo el agua. Con ello no solo te aseguras que yaces en un lugar increíble, si no que también ofreces a aquellos que quieran visitarte una experiencia asombrosa. Concebido por Gary Levin y diseñado por Kim Brandell (inspirado, por cierto, en la mítica ciudad de Atlantis), el memorial está en las costas de Key Biscayne, justo enfrente de la ciudad de Mami, Florida. 

Técnicamente no es un cementerio, puesto que no se entierra a la gente propiamente dicho: las cenizas de la persona fallecida se mezclan con el cemento con la que se construye el monumento. Así, como dice en la propia web del sitio, no pretenden que se entienda como un cementerio, si no un memorial. Allí, las cenizas recuperan una segunda vida con forma de arrecife atrificial permitiendo que en un tramo estéril en el fondo del mar se llene de vida, significado y majestuosidad.

El Neptune Memorial Reef sigue evolucionando y manteniendo su estructura de puertas, bancos, columnas, estatuas, ... todo forma un sitio mágico, donde cada parte tiene una historia y un espíritu. Vale que a lo mejor no queda muy elegante que tu tía se convierta en un banco bajo el mar, pero todo depende del gasto de dinero que estés dispuestso a realizar y de lo que prefieras para formar parte, como los famosos leones, columnas, estatuas... A escoger, la web te facilita un mapa para poder orientarte y decidir el sitio de reposo final.

A continuación os dejo con algunas fotografías facilitadas por la web, aunque con sólo buscar el sitio en Google Imágenes ya te haces una idea.


La entrada


Los Leones


La puerta


Los Bancos


Las Columnas Radiales


Los pasillos


Elementos puntuales:

Pódium


Conchas


Estrellas de mar


Sea como sea que prefieras descansar, está claro que tus familiares, amigos y desconocidos harán de la visita una nueva experiencia, increíble y apetecible para los amantes del buceo y las ruinas sumergidas. 

Os dejo la web y el vídeo de presentación del Neptune Memorial Reef, pero no dudéis en buscar más vídeos por Youtube.